Este rincón está desde 1969 en Esperanza, en la calle de la librería Minerva del parque Kennedy, a media cuadra de Alcanfores, es un lugar detenido en el tiempo que ofrece pura cocina criolla. Es uno de los máximos huariques de cocina casera. En los almuerzos para lleno. La gente ronda por afuera, y eso que ya abrió un tercer espacio, siempre al lado.
Es un menú ejecutivo (porque no es barato pero saca bien, con un plato ya estás bien servido), donde además de oficinistas van a comer muchos turistas y señoras de siempre, esas que el mozo saluda por su nombre y pregunta hasta por el nieto. Son dieciocho mozos los socios del restaurante quienes van rotando un día a la semana, abren de ocho de la mañana a nueve de la noche todos los días y no cierran ni feriados. En platos de fondo los tacu tacus son bravazos, el escabeche de pescado una delicia, el mondonguito a la italiana y el cau cau como para repetir y los tallarines verdes van con una sábana que parece colcha que cubre todo el plato.
También hay platos del día: seco de cordero con frejoles los lunes y viernes, arroz con pato los martes, sancochado los miércoles y los fines de semana un tremendo chupe de camarones, como para luego cerrar el kiosco e irse a dormir. En postres también tienen los más clásicos, esos de abuelita, huevo chimbo, pie de limón, pionono, suspiro, torta de queso o pastel de pera. Pero el motivo de esta guía, no es tanto el almuerzo, son sus desayunos, que muy pocos caen en cuenta. Abren desde temprano, y mientras van acomodando las sillas y Renán va preparando con mano exacta los alfajores, funcionan los desayunos, como para empezar el día con la máxima energía. ¿Qué hay? Solo seis sánguches: apanado, asado, butifarra, chorizo, pollo y lomo, este último sí mi respeto –ojo, no es lomito–, reemplazas el pan por arroz y es un doble almuerzo y todavía con ensalada.
Luego de este bravo desayuno ya no almuerzas hasta a partir de las cuatro de la tarde más o menos. De acompañamiento tienes sarsa criolla, mostaza y un ají mentiroso, que parece que no picara pero tiene buen picante que vas a necesitar líquido por si te excedes. ¿Y para pasar? Tienen un buen café pasado como buena cafetería de antaño, yerbaluisa, manzanilla (no sobres) y jugos surtido, de papaya y también naranja.
Calle Esperanza 154, Miraflores (este es el clásico)
Av. Benavides 2360, Miraflores
De lunes a domingos (inclusive feriados) de 8 am a 9 pm
Para estacionar, hay garajes cercanos en los alrededores, porque muy difícil encontrar un sitio en esa calle
Solo efectivo (“Es que Juan Segura vivió muchos años…”, contestó Renán ante esa última pregunta)