Viniendo de San Miguel, una calle antes de llegar a la Brasil doblando a la derecha por
la av. Del Río. Viniendo de Miraflores, doblar por la Brasil hacia la av. Bolívar y
cruzarla por la Del Río. Ahí nomás está este huequito de comida tradicional japonesa. Es un lugar cálido que se siente desde la entrada. Se nota el esmero, tanto en la cocina como en el servicio y atención.
Al frente está Akira Shimabukuro y Reyna Zanabria, jóvenes esposos con todas las ganas de hacerlo bien. Él lleva la cocina, ella la atención. Afuera, hay gente esperando porque acá se come rico, bien sacado y con cariño, como le gusta al peruano – felizmente la rotación es rápida, pues hay mesas y barra. Este local tiene tres años. Acá empezaron, ya los invitaron a Mistura, hace un poco más de un año abrieron otro local en Surco (donde a veces cae el embajador de Japón por su ramen) y muy pronto inauguran otro más. Sí, están recontra empeñosos.
La cocina la lleva Akira por tradición y en la sangre, desde su abuelo, su padre y su tío que cada uno tenía un huarique que daba que hablar en su época. Él se fue a Japón por un tiempo a ser uno más en una fábrica, pero además compartía clases de cocina con un amigo japonés, él le enseñaba cocina peruana y el otro le enseñó todo lo que prepara ahora. Al volver estudió en D’ Gallia, pasó por algunas cocinas hasta que decidió arriesgarse y poner su propio negocio.
La carta es directa para no perderse: una sección de entradas con empanaditas fritas de chancho y langostinos (age goyzas) y al vapor (gyozas), brochetas de pollo (yakitori), eni furai (langostinos fritos al panko, el de la foto), entre otros. Los ramen es un punto aparte, por lo que realmente uno va y, de paso, se gana por supuesto también con los otros platos. Tienen seis en tres tamaños (tipo talla de ropa): S, M y L, aunque los tres son porciones para tragones. El de la foto es un
tan tan men (caldo picante con chancho molido) mediano. Uuuff!!, nomás digo. Por estos caldos uno vuelve y vuelve.
Por otro lado, hay una sección de veinte platos de fondo, entre los que figuran: tonkatsu (crocante de bife de cerdo al panko), yakimeshi (arroz frito con pollo y verduras), kare udon (fideos gruesos udon con trozos de pollo en abundante curry japonés, el de la foto), entre otros. Todos bien taypá! Ningún plato cuesta más de treinta soles, todos están alrededor de un billete de veinte. Para tomar, aparte del clásico té jazmín y las gaseosas de rigor, también tienen ocha (té verde), matcha (té verde en polvo) y mugui cha (cebada japonesa), en vaso y jarra. Y, encima, a la hora del almuerzo hay combos de oferta de entrada más plato de fondo.
Av. del Río 608, Pueblo Libre (altura de la cuadra 3 de la av. Bolívar, a una calle de la av. Brasil)
Av. Caminos del Inca 2362, Surco
De martes a sábados de 12 m a 4 pm y de 7 a 11 pm /Domingos de 12 m a 4 pm y de 6 a 10 pm / Feriados de 12 m a 4 pm
Pasa tarjeta
Estacionamiento reducido pero con vigilancia
